jueves, 2 de febrero de 2012

Mui Ne


Con gallardía enfrentamos la segunda noche en el sleeping bus rumbo a Nha Trang. Esta vez no fue tan traumática porque ya sabíamos que esperar, y en este nuevo coche el baño estaba clausurado, así que por lo menos no estaba ese insoportable olor que nos acompañó desde Hanói.
El hellbus llegó a Nha Trang a eso de las siete de la mañana. Otra vez teníamos que ir caminando hasta la agencia de viajes que nos tocaba para reconfirmar el último tramo hasta Saigón para esa noche. Cuando finalmente llegamos a la agencia, nos enteramos que algún vietnamita atolondrado nos había reservado mal los tramos y que nuestro micro salía de Nha Trang no a las 20 hs como pensábamos, sino a las 8:30 de esa misma mañana, y que si no lo tomábamos perdíamos lo que habíamos pagado.
De todas maneras Nha Trang no nos entusiasmó demasiado, era una ciudad grande en la que para colmo llovía, y ya estábamos tan metidos en el baile, que decidimos seguir bailando, tomar aire y hacer el último tramo. Con suerte llegaríamos de noche a Saigón y podríamos buscar el hostel en el que teníamos reservación para el primero de febrero.
Mal dormidos, mal comidos y sin una ducha decente, subimos al mismo hellbus del que nos habíamos bajado minutos antes.
A eso de las 13 hs hicimos una parada en un pueblito muy lindo. El chofer dijo en su ingles ¼ (porque no llegaba al medio ingles), que esta era la última parada antes Saigón y que teníamos 20 minutos para comer e ir al baño. Bajamos con Romi y decidimos ir a echarle una mirada a la playa que habíamos alcanzado a ver desde las ventanillas del bus, al llegar a la costa, supimos inmediatamente que hacer. Volvimos al micro, yo me metí en la gaveta del equipaje y del fondo rescaté las mochilas, mientras Romi subía y sacaba todas nuestras pertenencias del bus. Nos calzamos las mochilas y nos alejamos del Hellbus para siempre.
Mui Ne resultó ser un pueblito precioso. La playa es muy grande, repleta de paradores donde se pueden tomar clases de windsurf y kitesurf, había muchísimas velas navegando. El pueblo consiste básicamente en una calle principal que sigue el derrotero de la costa. A los lados de la calles hay muchos negocios, ferias, paradores, bungalós, hostels, lugares para comer, todo bien cuidado y limpio, con esa onda pseudo hippie que tienen todos los pueblitos playeros del mundo. Por 17 dólares alquilamos un departamentito con ventilador, minibar, wifi y lo más importante, un baño! Nos reconciliamos un poco con Vietnam en Mui Ne.
Al día siguiente tomamos en bus, pero esta vez uno normal, que nos está llevando en este momento a Saigón. Nos hubiéramos quedado un poco más en Mui Ne, pero ya teníamos la reserva del hostel para el primero de febrero y no queríamos perderla. Me olvidaba de lo más importante de Mui Ne: hoy, primero de febrero, hemos visto el sol por primera vez desde que llegamos a Indochina. Como dijo Fidel “la alegría es inmensa”.

1 comentario:

  1. Menos mal que se bañaron!!!! Desde México se olía el aroma a pescados de Vietnam!!!! Que lindo chicos que aventura que están haciendo, además la crónica como siempre muy divertida, no pudimos ver las fotos porque nuestra internet va lenta, pero lo haremos en cuanto enganchemos algo apropiado. Los queremos, sigan disfrutando!!!! fotos, fotos, fotos, para después compartir!!!Son nuestros ídolos!!!

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