lunes, 6 de febrero de 2012

Siem Riep



Cosas que llaman la atención cuando uno viaja a Camboya: la etnia, acá ya no predominan los rasgos chinos como en Vietnam o Singapur, sino que la etnia más generalizada es la hindú, (aunque Romi dice que no porque los hindúes tienen “cara mas cuadrada”, que la que predomina es la Jemer, pero esta última se parece mucho a la hindú –discusión dialectico marital-. Como sea, lo importante es que son más morochos que en los países limítrofes, en algún punto recuerdan a los pueblos originarios de américa latina). Otra cosa que llama la atención son los niños mendigando, algo que no habíamos visto hasta ahora. En Vietnam se ve pobreza, pero no indigencia, ni emergencia habitacional, en Camboya en cambio, vimos muchísimas viviendas precarias, a lo que hay que sumarle los cientos de personas que sufren de alguna amputación como consecuencia de las minas antipersonales que están por todo el país (Esta es la nación más minada del mundo, con minas activas, con enormes campos minados que aún no han sido señalizados).
Con todo esto, el camboyano es un pueblo con mucha garra, y que parece poner todas sus energías en contribuir para que el país vaya avanzando. La mayoría habla inglés mucho mejor que en Vietnam, la hotelería es excelente. Todas las personas con las que tuvimos contacto fueron absolutamente agradables, amables y con buena onda.
Llegamos a Siem Riep muy tarde a la noche, habíamos enviado un mail por la mañana antes de salir de Saigon para que nos fueran a buscar a la terminal, pero no sabíamos si lo habían leído o no. Cuando nos bajamos del micro, a las once de la noche y con catorce horas de viaje encima, ahí estaba Seiha, con un cartel con nuestros nombres y una enorme sonrisa esperándonos. Esa misma sonrisa se mantuvo todo el tiempo, en cada uno de los empleados del hostel.
Aunque particularmente la arqueología religiosa no nos llama demasiado, los templos de Angkor también son algo muy impresionante, no solo representan la atracción turística más importante del país, sino que son un verdadero símbolo para Camboya., la imagen de los templos esta en todos lados: en los billetes, las remeras, los nombres de los hoteles, los souveniers y hasta en la bandera nacional. Los templos están muy cerca del pueblo de Siem Riep, ideal para recorrerlos en bicicieta. Paradójicamente, Camboya había perdido el control sobre Angkor en manos de Tailandia a principios del siglo XIX. En 1907 gracias a la ambición colonialista de Francia, Tailandia tuvo que devolverlos, esto les vino muy bien a los camboyanos.
En Camboya la policía tampoco utiliza armas, lo cual no deja de llamarnos la atención y suponemos tiene que ver con la triste historia de violencia que el país y su gente han sufrido. Es un país donde también predomina la gente joven. Hay muy pocas industrias. El 85% de la población vive y trabaja en el campo con el cultivo de arroz. El país produce cerca de 10 mil toneladas de arroz por año, de las cuales el 20% se exporta. La otra gran fuente de ingresos es el turismo, que cada día crece un poco. Los camboyanos parecen estar muy conscientes de ello, ya que te cuidan tanto que a uno le dan ganas de volver, incluso antes de haberse ido.

1 comentario:

  1. Que lindo!!! cada relato es una enseñanza, que lindo viajar juntos a través del blog!!!
    Dice papá que Camboya es uno de los países que más evolucionó en la confección artesanal de prótesis para los lisiados. Los ortopedistas tuvieron que ingeniarselas con la madera y otros materiales accesibles para ellos para poder fabricar las prótesis.
    Sigan disfrutando y compartiendo. Los queremos mucho. Ma y Pa

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