jueves, 29 de diciembre de 2011

Yo, nuestros yoes y los otros.



No he podido todavía empezar a largar a mis yoes no-principales, hay una especie de mandato que dice que mientras pague a otros por todo lo que hago no dejo de ser el yo-turista. 

El yo se define cuando se encuentra con otro en tanto que no-yo, al igual que el nosotros. De mis yoes múltiples, el vocero se define en contraposición con otro, se va tallando desde una masa amorfa hacia contornos y aristas que se separan del otro, aislándose, separándose.

No siempre. Llegan momentos en donde la soledad nos pierde, hacia adentro nuestros yoes se miran de forma extraña sin terminar de entender que es lo que los había agrupado, sin ver el sentido, como si la búsqueda de lo sublime ya no alcanzara, o no se tuvieran suficientes formas de determinarlo, en ese momento se pasa a la segunda fase, la del encontrarse, la del compartir la soledad, la del vencer el estado de separatividad, la de buscar en el otro no un no-yo sino un nosotros. Nuestros yoes múltiples empiezan a salir como si fueran ofertas de paseos turísticos en florida, como si fueran llaves que buscan abrir alguna puerta, andar, funcionar, fusionar, coincidir, encontrarse.

Puede que solo coincida un solo yo, uno de los menos comunes, uno de los que llevan más esfuerzo, de los que más solo se sienten con respecto al resto. En esos casos el encontrarse es efímero, momentáneo, a veces roza lo sublime, lo que nos conecta con la infinitud, a veces ese conectar eleva nuestro grupo de yoes a otro lugar.

Otras veces no. Solo nos recuerda que somos finitos, que somos materiales, que somos uno o muchos pero todos solos, que estamos tan lejos de lo sublime, que es casi imposible trascender y nos sentamos todos nuestros yoes alrededor de un vacío, ya sin mirarnos, cabizbajos, pensativos, cerramos nuestros ojos y dejamos incluso de sentir que somos varios, dejamos de sentir a los otros, y nos unimos en esa desesperación, nos sabemos todos igual de solos, nos sentimos todos igual de separados y ya no importa quien va a ser el yo vocero, porque ya no lo necesitamos, por un tiempo no vemos el sentido de presentarnos a un no yo.

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