Empezar un viaje

En una semana empiezo un viaje.

No son vacaciones.

No pretendo llegar a ningún lugar.

Es un viaje para irse, para no estar acá, quizás en un punto para no ser yo, o tal vez para serlo completamente. Es un viaje para pensar, para buscar, para encontrar, para perder - se. 

Por que me voy de viaje?

En estos días intentaré dar explicaciones vagas, confusas e innecesarias. 

Pero lo importante es que me voy y que todos ustedes, o quizás nadie... seguramente solo algunos, iràn leyendo en este blog mis memorias, mis experiencias, mis anécdotas, mis reflexiones o solo desvarío. Pensé en varias secciones para el mismo. Pensé en ir articulando una especie de obra seria profunda y desmenuzadora de la realidad con la que me iré encontrando. Pensé en desarrollar impulsos literarios a menudo sublimados u olvidados en el trajín de la cotidianidad. Pensé en volcarme al mundo de la investigación y el ensayo de forma completa y minuciosa a través de estas líneas.

También pensé que es poco probable que algo de eso pase, o no, no sé, quizás me equivoque... sería genial equivocarse en eso.

En el plano celestial,  diría el gran Marechal, una parte de mi vivió siempre viajando, a través de novelas, de cuentos, de anécdotas ajenas. En este plano, este viaje es solo una quizás una redundante materialización de ese viajar que viene siendo mi forma de entender el mundo desde muy chico. O un darse vuelta, pero no como cuando a uno lo llaman desde atrás sino, mas bien, como uno hace con las medias cuando están al revés. 

En el frío plano material, el jueves que viene 15 de Diciembre vuelo vía Santiago a México DF y durante la mayor parte  de enero estaré en CUBA para luego regresar a México y empezar a vivir sin plan.