martes, 4 de septiembre de 2012

Hace un mes que llegué y todavía estoy volviendo


"...Legar a casa, a alguna casa..."

                                               Andres Calamaro.

Si quería tiempo para pensar Lan me dio una mano, mi vuelo con escala en Lima de las 5 de la tarde se transformó en un directo de las 23hs, 6 hs en el aeropuerto de Mexico DF con vouchers de comida para pensar, para dibujar, para escribir. Sentía como unas ganas de que salgan letras del boliche que era mi cabeza en esos momentos de "mi ultimo ... en México  comencé a escribir y paso de una confesión de parte a una carta a un amigo, quedó en eso último, necesitaba llegar un poco más para poder cerrar el viaje en este blog.

Llegar a mi familia revolucionada por la llegada de la 4ta generación de Latzkes Blakes al mundo, mis viejos abuelos, mi viejo además a punto de jubilarse, y cosas que están igual, y cosas que no, y cosas que me perdí. Llegar a casa, a mi cama, a mi almohada, a mi ducha, a mi cocina, a...


a mi.

Creo que lo más difícil es entender que 6 meses no es lo mismo para cualquiera, no cambió nada más en mi vida, "...te fuiste solo 6 meses..." no recuerdo como era mi vida antes... El tiempo es quizás la última de las dimensiones que percibimos con la diferencia de que solo parecemos recorrerla en una sola dirección y a una sola velocidad, aunque evidentemente no, lo de la velocidad no es tan así.

Esperaba que al resto de las personas el paso del tiempo le afecte lo mismo que a mi, que cambie en su vida lo mismo y ni bien llegado me puse a preguntar, como están, que cambió, y me dí cuenta de que no tantas cosas, que hay etapas de la vida que tienen como una especie de pilóto automático que hace que sepas a donde vas a estar de acá a unos meses e incluso años, y me puse a pensar que hubiese cambiado en mi vida en estos meses, y lo que es aún más terrible, que cambió realmente!

Pensar al viaje no como un antes y un después, sino como un gran paréntesis, empezar a pensar que hubo cosas, gente, ideas que pertenecen a ese mundo paralelo que se armó en el otro hemisferio y que quizás sean incompatibles con la realidad de mi tierra, que para reencontrarme con ellas debo partir otra vez de viaje, o quizás no... espero.

O por el contrario, hacerse la idea de que este es el comienzo del próximo viaje, o la continuación del anterior.

Pasé semanas caminando por Buenos Aires, escuchando a la gente hablar, todavía con el oído sorprendido, buscando, como cuando frenéticamente cambiaba de pais cada una semana, frases típicas, modismos, descubriendo otra vez lo típico, disfrutando de la comida, del silbar por la vereda, del bondi, del sol, del invierno, del olor a humedad y gas oil, de las cosas que extrañé, como quien se reencuentra con algo que le faltó, como quien se llena los ojos, la nariz, la boca, de algo que va a extrañar.

Y mientras llego, vuelvo.





lunes, 27 de agosto de 2012

Conjugaison du verbe rêver


Hubo un momento de mi adolescencia o juventud en donde las ansias inconformables de vivir experiencias extraordinarias me llevaron a pensar que era mejor buscar con la cara ese rincón entre el colchón y la pared en donde poder efectivamente hacer fuerza para dormir y quizas, nunca estaba garantizado, soñar con algo genial.

Dormir era escapar a la realidad, era de alguna forma evitar confrontar lo que venía de afuera, convengamos que a veces la realidad ayudaba con largos inviernos patagónicos en donde el ruido del viento filtrándose como un virus mortal entre las rendijas de las ventanas, trayendo esa tierra del medio de la meseta que sin compasión alguna se acumulaba encima de cualquier cosa que esté ahí para recibirla, mañanas invernales que ensayaban fríos duros y noches demasiado largas como inútiles intentos de convencerme a dejar la cama.

Cambie al viento por la lluvia, y la metrópolis vino a sumar sus tormentas de semanas, sus humedades de más frío, sus veranos ensopados, un afuera que quedaba más lejos todavía, mojado y tres pisos para abajo, y un entrepiso que alguna vez, algún hermano tras una lucha de portero a la que no preste atención calificó como mi trono. Justo en ese momento en el que la distancia con los padres, con la ciudad natal y con la mayoría de las personas conocidas forzaba un debut de independencia, un estreno de nostalgias y un relampagueo de novedades y sorpresas, justo en ese momento donde aparecían cosas para pensar y soñar, la lluvia, el cielo nublado y la ciudad que a menudo se parecía hostil me regresaban a los sueños premeditados de la adolescencia.

Una lista de primeras veces en mi vida, lista de momentos iniciáticos y formadores, iba a ocurrir en esos sueños. Mi primer beso con la chica del vestido rojo, construida entre caras de compañeras de colegio e ilustraciones de una enciclopedia de la fotografía, me habría de dejar enamorado, saboreando ese gustito del amor consumado que había añorado tanto de niño, mientras rigurosamente caminaba sobre las uniones de las lajas de la vereda repitiéndome en secreto el que pisa la línea tiene novia, mientras me sonreía en un secreto que de pronto entendía la idea de intimidad, aquello no compartible, por vergonzoso y hermoso a la vez.

No recordaba ni el nombre ni la cara de la chica con la que tuve por primera vez sexo, entre las sábanas escondí mi cara mientras mis ojos hacían fuerza para volver, para regresar a esa cama inventada en esa habitación de esa casa que se parecía pero no era, como todos mis sueños, en esa ciudad que decía ser pero tampoco, con esa gente que me veía desnudo pero ya consciente de estar en un sueño no me importaba, el pudor quedaba tapado por la desesperación de no poder recordar a esa ficción que me había dejado sin saber quien era antes de irse con la llegada de la realidad de un sol que entraba horizontal y repetia el mecerse de los arboles pelados de invierno sobre la pared del living, en naranja, naranja frío y leche con copos.

Hubo veces en que ese otro lugar se solapaba con éste, en que coincidencias hacían que note un asiento mojado y pregunte por una lluvia que recordaba pero no había pasado, que traía noticias de volcanes que rompían en erupción y cenizas que llegaban volando y la lava que nos encerraba contra el mar, y de vuelta el lugar éste, y no ése, y como si el volcán está tan lejos y al otro día llegaban las cenizas, y fatídicamente miraba a mis padres con cara de fin del mundo recordando las noticias de la tele, pero de la tele de ése y no de éste y la lava nunca vino, y las cenizas se fueron.

Alguna vez sostuve el principio de que quedarse en casa podía ser más cómodo que salir, que evitaba malos ratos, pero que indefectiblemente sabía uno que iba a pasar, más allá de una buena o mala película, no había chances de que la mujer de mi vida apareciese en la puerta a las 2 de la mañana tocando bocina, ni que fuera entrevistada en un programa de la tele local, según este principio solo había posibilidad de que algo inesperado, sublime sucediera si uno se enfrentaba a la realidad, aunque el viento, el frío, el sueño, la entrada y la vuelta en remis. Otras veces la confianza en el mundo otro aparecía nuevamente y volvía a creer en los sueños, o sería más correcto decir, en soñar.

je rêve

          je rêvai

                          qu'on rêve

Hice un viaje hace poco, que duro mucho, y poco, que tuvo una etapa de moverse, de ausencia de rutina, de almohadas cambiantes, de cuellos duros, de alarmas, de soles despertadores, de remeras prestadas y tobilleras, de paises nuevos, de amigos que seguían viajando con sus despedidas, y otra etapa más quieta, de colchón en el piso, de compra semanal en el super, de horario de trabajo y rutina, de menos sorpresas y menos amigos nuevos, de quedarse un tiempo en el mismo lugar, pero no dejar de viajar. Esta otra etapa siento como si no hubiera terminado, porque ese segundo viaje, ese viaje en viaje que empecé en ese momento tuvo un muro de papel que se cruzo en el camino, tuvo kilómetros recorridos después, más paises y sin embargo en ese otro lugar, ese que se entra por el espacio entre el colchón y la pared, en ese lugar yo sigo viajando, ese segundo viaje no se terminó, al menos eso espero, aguardo, sueño, con los ojos cerrados con fuerza, j'espère, j'attends, je rêve, encore.

viernes, 22 de junio de 2012

Aprovechar la Paz, un bondi, tres países.



Chocolatada en cartón y galletitas a las ocho de la mañana mientras salíamos de San Miguel rumbo a Managua, de excelente humor luego de una noche con aire acondicionado, ducha caliente, y demás lujos burgueses que no nos permitían olvidarnos de Perquín pero ya nos ponían en la cabeza nueva información con otra guerrilla, otras fechas, otras colaboraciones y un intento en el aire y sin google de armar un plano de la lucha armada revolucionaria en la América Central de los `70s  y `80s.

En el Documento tenía como dos nombres y tres apellidos pero durante los 12 años que vivió en los campamentos revolucionarios de Morazán solo se lo conocía como Carlos, de habitación en habitación del Museo de la Revolución intentaba darnos una idea de lo que fueron esos años, ninguno de nosotros sabía lo que significaba pelear tantos años, y su humor pasaba de la nostalgia recordando compañeros caídos a la euforia detallando practicas guerrilleras de emboscada al ejercito, enumerando los marines y agregados militares Norteamericanos caídos en diversos ataques.

Nosotros éramos gente de campo, acostumbrada a caminar y caminar por la montaña sin calzado a menudo, por eso cuando vienen jóvenes y veo su entusiasmo ante la salida armada a los conflictos les digo que eso ya pasó, que no podrían soportar todo lo que conlleva la guerrilla si se quejan por subir cuatro escalones con un bidón de agua, la guerra ya pasó, logramos los acuerdos de paz para terminar con la guerra, para dar la lucha desde otro lado, costó muchísimo y quizás este museo sirva para eso, para que no se olviden de lo que costó la paz y no la desperdicien.

Intentando averiguar si recordaba el paso de Ana y Daniel por allí, lo dejo a Carlos sumido en una especie de tristeza perdida casi sin fuerzas para estrechar la mano que le extiendo con mi agradecimiento, 3 cuadras abajo nos esperaba La Abuela para mostrarnos café mediante, el libro que un investigador Español recientemente publicó con las cartas que ella guarda de su hijo, estudiante de medicina, miembro de la guerrilla, preso, entrenado en Vietnam y caído en un ataque cerca del Volcán Santa Ana que hacía días nomás había yo subido en compañía de casi 40 estudiantes de arquitectura de la edad que ese hijo tenía cuando pasó a la clandestinidad, la abuela nos cuenta del antes y del después, nos pone al día con el actual gobierno, lo que le está costando lidiar con los desastres de 15 años de gobierno de ARENA la misma fuerza que estaba a cargo del estado cuando Monseñor Romero fue asesinado y todo de desmadró, llaveros, posters, fotos juntos y la dirección de correo para enviársela, un beso a la abuela y otro a la señora de la Pupusería fueron nuestros saludos a Perquin.

Vuelvo al bus y se me confunden las banderas entre puesto y puesto migratorio, hay algo en Nicaragua que ya se empieza a ver desde la frontera, algo en sus mercados, en su gente, vuelvo a ver carteles del gobierno que hablan, que llenan de entusiasmo, vuelvo a ver niños y niños con sus uniformes del colegió y me acuerdo de cuba y esas sonrisas perfectas en las morenas caras con sus tirantes peinados y sus planchadas camisas, vuelvo a sentirme con ganas de caminar calles, de mezclarme entre la gente cerrar los ojos y escucha al pueblo.

Morazán y Los dioses del Metal.


Nunca en todo lo que va del viaje me costó tanto llegar a un lugar, nunca tampoco tuve tan poca información sobre el camino, nunca tuve tanta convicción de que ese lugar no me lo tenía que perder, desde que Ana y Daniel en su blog mencionaron la impresión que les causo sentí lástima por perdérmelo ya que todavía pensaba que el Plan A era factible, y luego, al empezar a pensar el Plan B empecé a investigar. Conseguí en internet el libro “Las mil y una historias de Radio Venceremos” y empecé a meterme en esos años que eran años de mi vida también, ya no eran los lejanos 1820 o  1976, ya hablábamos de '81 '84 '92 y yo recordaba quien había nacido en esos años, en que grado estaba, ya era una historia literalmente contemporánea.

Bus con peli y aire, luego Chicken bus y más tarde picop, que es una camioneta con toldito y asientos, la que nos deja en un paisaje Londinense con las últimas luces del atardecer y una neblina de montaña cual gigante nebulizador, imposible ver mas de 10 metros, a medida que caminábamos el pequeño pueblo, su plaza, su iglesia, sus murales, se nos aparecían de esa nebulosa de cuento.  La dueña de la Pupusería frente a la plaza nos indica cómo llegar a lo de la Abuela la que nos ofrece una casita en las afueras (6 cuadras) a la que vamos con Adolfo, salimos de la ruta ya con algo mas de visibilidad, subimos dos cuadras con 45 grados de pendiente y pasamos frente al misterioso hombre de la capucha.

La casa tenia goteras en sus dos habitaciones que, luego del día entero de lluvias fuertes, rezagos de un huracán, habían inutilizado las dos camas grandes, todo lo sospechábamos hermoso en la penumbra, desandamos nuevamente esa terrible subida para llegar a la Pupusería antes de que cierre y pedir 4 pupusas que fueron 6 y cafés.

Cuando pensábamos que el horno ya estaba apagado y que la dueña pacientemente esperaba que nos fuéramos para irse a dormir aparece Iván con su porra de pelo, sus 14 años y su remera de Hermética.  La hija de la dueña, peluquera, lo empieza a provocar por su corte de pelo, ya me lo corté!, Grita él con un intento de voz metalera preadolescente, cuando termine la escuela y me vaya a la universidad voy a dejármelo hasta la cintura porque voy a estudiar para eso, para ser un espíritu libre!, y por qué en la universidad?, preguntaba la peluquera, mientras reclamaba falta de estricto control de parte de sus padres, mi papá está en Estados Unidos y mi mamá es médica, la dueña con la  mitad de su cara hacía gestos como diciendo, seguro que no le presta atención a sus hijos, la peluquera confirmaba comparando la crianza con sus hijos que presentes en la Pupusería y comiendo sus tamales lucían rapados cráneos en estricto orden.

Voy a ser un espíritu libre para solo obedecer a los Dioses del Metal, para eso tienes que estudiar porque si te va mal en el colegio no vas a poder ir a la Universidad, voy a ser músico de Metal, y cuanto ganan los músicos de metal en El Salvador, pero Metallica, Hermética, Ac-Dc, pero vos vivís en El Salvador y aquí los músicos de Metal no viven de la música o vos conocés alguno que si? Y las de queso estaban casi igual de exquisitas que las de frijol con queso, y el café aunque raro era de los mejores que habíamos probado en nuestros viajes, despidiéndonos hasta el almuerzo nos fuimos ruta abajo esperando no encontrarnos con el encapuchado misterioso que era lo único inquietante en esa tranquila noche de neblina en Perquín.

Dale Salvadoreño

"...Dale que la marcha es lenta

pero sigue siendo marcha

dale que empujando al sol

se acerca la madrugada..."


Como si en Buenos Aires te dijeran, tomate el 64 hasta plaza Italia y de ahí el 160 a aeroparque, todo este pequeño país centro americano se puede recorrer en buses que nunca salen mas de dos dólares. El que nos trajo del cuco de la ciudad de Guatemala nos dejo a dos cuadras del hostel, a una de ahí nos tomamos el que nos dejaba en el centro, a dos el que nos llevaba al volcán Santa Ana y a una para el otro lado el que nos llevaba a San Salvador, ahí por cuco y exceso de equipaje nos tomamos un taxi pero después seguimos con los números: 30B al centro, el 9 pal museo, el 23 para la terminal Oriente.

El 30 nos lo tomamos en el Boulevard de los Héroes que paradójicamente se debería rebautizar como Boulevard del Invasor ya que a diestra y siniestra se alinean Wendys, Pizza Hut, Burguer King, Scotia bank, Toyota, Kentuky Fried Chicken, TGi Fridays, etceterous etceterous, nos dijo que nos llevaba al Centro Histórico, ni nos aviso que pasaba lejos que no íbamos a ver un puto edificio histórico que nos indique donde bajarnos asi que después de pasar por nuestro querido boulevard y decir, que onda? De acá salimos!, nos bajamos y nos tomamos el 9 en el que nos sentamos adelante para insistirle al chofer si ya habíamos llegad, o cada 5 cuadras, bajamos según sus indicaciones para darnos cuenta porque no habíamos reconocído el centro histórico, luego del último terremoto solo queda un puñado de edificios de época cosidos por vastas extensiones de mercados populares.

Recorriendo la ciudad en google maps y en bus uno llega a pensar que San Salvador es un gran conurbano bonaerense, manzanas de formas raras, autopistas, cruces elevados, túneles, grandes playas de estacionamiento y gigantes shoppings hacen que no se reconozca tejido urbano alguno, como una gran panamericana a la altura de Pilar, salvo el casco histórico, con sus 20 manzanas de 100 x 100 y sus mercados ocupando veredas, edificios por dentro y por fuera, plazas, parques y hasta calles, un Liniers gigante, continuo en donde temáticamente se suceden puestos de Películas, música, remedios, verduras, calzado, ropa, etc.

Éramos los únicos turistas extranjeros del lugar, todo el día y hoy también salvo el yanqui que levamos del hostel, y la gente no nos ofrecía nada, no nos hablaba en inglés, nos miraba, eso si, la gente en El Salvador mira pero no encara a charlar, si responden, y pueden ser los más divinos del mundo una vez armada la charla. Lo más gracioso es consultarlos por un colectivo para tomar, si hay uno solo te dice lo que piensa, si hay más de uno seguro discuten,  que es más directo, que se van a perder, que ellos quieren ir para el otro lado, que es más claro donde bajarse, las direcciones también, nunca es un número de cuadas, mas de 6, hasta el semáforo, todo derecho, lejos, 6 cuadras o más.

sábado, 9 de junio de 2012

Plan A (hasta próximo aviso)



Canada - Quebec - Montreal. Primero mundo en francés, nuevo mundo. Primero fué Nelly o la francesa que no era francesa pero hablaba francés. A la vuelta de Cuba fue Sebastién y por medio de él fue Marie y Valerié y Paul la Roque y el negro Axel que, mexicano al fin, había vivido unos años en Montreal, loco, cabrón, esa ciudad es para vos, vas a alucinar con Montreal, Montreal, ahí nos encontramos en Junio dijo Sarah, una de las Locales Truchas. Lo decidí en Isla Mujeres, antes de partir de allá, creo que justamente cuando se dieron todas estas coincidencias, vendrían muchas más después también como las tres banderas que coronaban la pared del hostel al que caí cuando llegué a Playa del Carmen, según lo ilustra la foto de esta entrada.

Después de la decisión se lo conté a la gente que me esperaba allá, a Seba, a Nelly, empecé a ver la mejor época para ir, el verano decían todos, el festival de jazz!!  y me dije, solo hay que encontrar un lugar que quede cerca de cancún desde donde saldrá el avión porque es más barato, y desde donde puedo tramitar la visa de turista, y termine viniendo a Playa, después dije, necesito mejorar mi francés y empecé a comprar libros en francés, a bajarme música en francés, hasta me paso el frenchu un curso de francés para que vaya estudiando! y trabajar y hacer cuentas, y leerme todo pero todo lo que encontraba en internet sobre canada, quebec, montreal, la visa, las cosas para hacer en la ciudad.

Empezar a soñar, empezar a planear, empezar a leer, investigar, de pronto encuentro que uno de los edificios que más me intereso durante mi época de estudiante el habitat 67 esta también en Montreal, y empiezo a fantasear con la idea de mudarme allí, de vivir en francés pero en américa, de pasar unos años en una ciudad del tamaño de buenos aires con una vida cultural interesante o cerca, con cosas que pasan, y ganando en dólares lo que me permitiría viajar mucho más, o al menos ahorrando menos tiempo para cada viaje!

De pronto todo es señal de que tengo que ir a Montreal, una entrevista para un hotel de dueña canadiense que me la hace en francés, atiendo clientes de allá en mis días de mesero, mi nuevo jefe belga me habla en francés, el movimiento estudiantil de quebec llena las calles de Montreal y despierta el apoyo del resto del pueblo desafiando a las leyes de derecha del gobierno saliendo todos a cacerolear, pero no por dolares como en mi triste Buenos Aires, sino por libertad de protesta, por educación pública y de calidad para todos, veo las protestas en las calles, miro fotos y mas fotos, busco estudios de arquitectura que estén haciendo algo copado como para visitarlos, el plan era conocer la ciudad para ver si valía la pena emigrar, estaba tan cerca, la sentí tan próxima...

Pero, siempre hay un pero, la oficina de migración de Canada decidió que no era el momento, mi dudoso estado de viaje, económico, laboral y hasta familiar no le convenció al oficial de migraciones, después de una semana de suspenso esperando el sobre de DHL con el pasaporte llega esa cartita explicando porque no, y el Plan B en ese mismísimo día se transformó en realidad futura, y de pronto tuvo más sentido, hasta apareció gente que quiso sumarse al mismo y en eso estamos.

Plan B



Y el Plan A cual era? Este. Ahora a pensar en el plan B, luego de algunos indicios que me adelantaron la posibilidad de que fracasara el Plan A por lo único que podía fracasar empecé a pensar en este viaje, pensaba en las personas que me quedaban por visitar, la cordobesa en Nicaragua, el Milo en Costa Rica, pensaba que tenia mucho más que ver con el resto del viaje, pensaba que el plan A tranquilamente se podía hacer más adelante, pensaba que era una buena forma de cerrar el viaje, de volver a Buenos Aires con el mejor bronceado para soportar el invierno y disfrutar de la familia y los amigos.

El Plan B era el siguiente: 4 paises en 1 mes. Si Cambié una ciudad por 4 países, Cambié el tibio verano del primer mundo por el mas pegajoso calor caribeño del 3ro, de la parte más pobre de Latinoamérica, las luchas estudiantiles de la clase media quebequense por las abiertas heridas de las guerrillas de los 70 80 y hasta 90!

El Salvador, la masacre del mozote y el excelente relato de la impresión que les provocó la visita a mis compañeros de viaje, mis tíos Ana y Daniel me llevó a empezar un libro que me pasaron ellos, Las mil y una historia de radio venceremos, y a medida que leía me veía más y más reflejado en esas páginas, veía los intentos por hacerse escuchar de los medios alternativos en mi pais, veía discuciones y problemas muy parecidos a los de mi querida radio semilla, y me daba más y más ganas de dejar esta playa del carmen por export y meterme en el barro de las revoluciones imperfectas de centro américa.

Nicaragua y su revolucion Sandinista, y el hermoso disco fruto de aquel concierto que se hizo en Managua apoyando a las revoluciones del continente de esos años, Concierto por la paz en Centroamérica. Ese disco tiene una historia, disco que marco mi infancia en formato de casette, los cantos tenian una urgencia, una fuerza que volvió a mis recuerdos cuando hablaba en el año 2008 con mi amiga Lea, estudiante francesa de intercambio que me contaba que sus padres se habían conocido en una misión de ayuda a Nicaragua en los 80 y tanto ella como yo en pleno 37 camino a la casa de sus amigos en Mi barrio de Once nos pusimos a cantar algunas de esas canciones que por caminos muy diferentes habían formado parte de nuestras crianzas. Hace unos días volvió a sonar ese disco desde un videíto filmado en el concierto en cuestion y un nudo en la garganta y bueno.

Guatemala y su Antigua capital colonial y evitar el cuco de su actual capital, volver a los chiken bus, a los quetzales a recordar esos hermosos días de mayas, abuso y a que se lo atribuye. Costa Rica y Milo con su música, la cordobesa que no me espera, que ya baja hasta colombia en ferry como nos dijo aquella vez hace tantos meses que ya parece el año pasado.

Sobre todo volver a viajar, después de la experiencia de vivir en un lugar 3 meses, de otro pais de otras costumbres, no tan diferentes pero otras al fin, de tener un horario para ir a laburar, una rutina de desayuno, de ir al super, de tener tu baño. tu cama, tus compañeros de casa, tus amigos, tus compañeros de laburo, tu jefe, esas cosas que hacen a la cotidianidad, después de todo eso volver a viajar, a llegar a ciudades, a buses y terminales, a teléfonos y direcciones, a hostels, a lonelys planets, a armar y desarmar armar y desarmar el bolso, la mochila, la bolsita la mochilita, la cámara, las pilas, la gorra, el abrigo para el bondi, las plazas, las catedrales, los lagos los volcanes, los regionalismos del español o castellano, volver conocer gente de todos lados, volver a sacar fotos compulsivamente, volver a escribir mas seguido en el blog espero, volver a viajar.

lunes, 16 de abril de 2012

La etapa de turisteo en playa.


Bondi barato, taxi caro, la mentira de los precios de los hostels en internet y caímos a uno que para rematar las coincidencias o señales que veo a cada rato tenía en la pared que enfrentaba a la entrada tres banderas, la de México la de Argentina y la de Canadá. El Frenchu fue a su couch surfer y las sanjuaninas y yo nos quedamos en ese hostel, hicimos playa nos bañamos y nos pusimos a buscar alojamiento, en principio para los 3 pero nos dimos cuenta que era bastante difícil encontrar algo barato con dos habitaciones, al segundo día una amiga de las chicas de Cabo San Lucas les pasa el numero de otra amiga que vivía en Playa, y ella nos muestra el departamento que tenía vacío, en donde ahora vivo y en donde dormimos todos las primeras noches hasta que ellas consiguieron otro y donde durmió el Frenchu las últimas noches antes de irse.

El Turisteo se mechó con la primer semana de búsqueda laboral, me compré la máquina para cortar el pelo con la que transformé mi lograda pinta hippie huraño en un dócil empleado para lo que sea necesario, imprimí mi CV de arquitecto y entre patear e internet empecé la búsqueda mechada con las cosas que le quedaban a ver al Frenchu, akumal, el cenote casa cenote, más playa, alguna que otra laguna y luego el Frenchu siguió viaje hacia isla mujeres mientras yo redoblaba esfuerzos en encontrar un trabajo.

Fueron días de patas de rana esnorkel y luneta, días de felicidad, días locos de conocer gente en todos lados, de divertirnos, de tocar la guitarra, de hacer planes de vida bajo un cocotero, bajando un coco, abriéndolo, poniéndonos protector sobre la piel ya quemada, inventando sombras, conociendo con nombre y apellido todo los tipos de peces de colores de todos los corales de la Riviera Maya, días de ensaladas, de guacamoles, de sanguches de cualquier cosa que duraban días entre la mochila y la heladera, planes y planes, historia e historias, y cuando todo terminó y el Frenchu siguió viaje no sentí lo que en isla aquella vez porque sabía que en algún lugar lo volvería a ver y porque me quedaban locales.

La Angustia Extrema


Hasta estos momentos de mi vida había pasado por situaciones angustiantes, en general referidas a terceras personas, en todas aquellas situaciones, a diferencia de estos momentos, siempre contaba yo con cuestiones fijas, nunca del todo, pero bastante sólidas, la ciudad en donde uno vive, la carrera que uno estudia, la gente con la que convive, algunos amigos fuertes que ayudan a bancarla cerveza de por medio, mi cuarto, mi cama, mis lugares. Estos momentos de mi vida, de forma premeditada, como bien dijera mi viejo antes el bajón de San Cristobal, en parte es a lo que fuiste de viaje, a enfrentarte con eso, estos momentos no tienen ninguna de esas cuestiones, no había razón para quedarse en una u otra ciudad, no había fecha para volver, ni fecha para quedarse, no había carrera ni trabajo al que volver, no estaba mi gente, ni siquiera mi país al que tantas veces menosprecie como identidad cultural creyéndome de lo más cosmopolita, identificándome mas quizás con una película yanqui que con la letra de una zamba tucumana.

Sin embargo el dinero que tenía para viajar empezaba a acabarse, a pesar de los continuados préstamos, a pesar de los ratoneos, y con ello mis posibilidades de seguir estando por acá sin tener que trabajar. La elección de Playa respondía por un lado a mi necesidad de Caribe, y por otro a la cantidad de argentinos que sabía residían por allí, pensando en trabajar en algo relacionado con el turismo y previendo la llegada del spring break y de la semana santa me pareció que era relativamente fácil encontrar algo para tirar unos meses. No fue asi, muchos se excusaban en mi falta de papeles para trabajar, otros en mi falta de experiencia, pero empecé a acumular no que fueron degradando mi estado de ánimo, mi confianza, y que en un círculo vicioso me hacía aun menos elegible para un trabajo, esto sumado a mi aprendizaje de cuestiones básicas como que no importa cuántas obras hayas tenido a cargo en tu vida a la hora de querer trabajar de mesero, pasé de un CV a 4. Uno de mesero, uno de recepcionista, uno de cuestiones náuticas y otro de arquitecto. Dependiendo de a que aplicaba ponía carrera trunca, carrera terminada, mucha experiencia poca. La chomba blanca fue mi uniforme de búsqueda, la máquina de cortar el pelo mantenía mi pulcritud.

Varios factores se sumaron para transformar la desazón en angustia, Frenchu ya no estaba, mis compañeros de departamento no estaban la mayor parte del día, yo tenía muchísimo tiempo para comerme la cabeza, y el trabajo no salía, nada de nada. La angustia empezó a minar mis horas de sueño, sin importar la hora que fuera, cada vez que me despertaba en la noche para lo que en buenos aires hubiese sido darse vuelta o como mucho ir a mear al baño, era cuestión de segundos hasta que caía en la cuenta de a dónde estaba y del drama que estaba viviendo, en ese momento una pata de elefante se apoyaba en mi panza, se hundía, y quedaba así por el resto del día hasta que lograba distraerme con alguien. Las distracciones en cuestión de media hora o un poco más aflojaban el sentimiento de angustia, por lo que empecé a realizar un ejercicio que mechaba las búsquedas laborales con los momentos de distención con gente, los compañeros de derpa, y los nuevos amigos, todo esto en un plan de no estar con tanta cara de velorio y aumentar las chances de que alguien me diga que sí.

En todo esos días fueron muchas las horas de chat con maxi, con mis hermanos, con otros amigos y con mis viejos, intentaba distraerme haciendo que me cuenten cosas de su vida, probando llenar el vacío de mi cotidianeidad con las suyas. Todo el tiempo la pregunta era la misma, pero por qué estás angustiado? Que problema hay? Si todo está bien? Estas en el Caribe, tenes una playa con peces de colores a 6 cuadras, estás haciendo amigos, etc etc. Y por más que la angustia quedaba totalmente ridiculizada en esos momentos media hora después de cortar volvia a sentir la angustia como un gato que vuelve solo a echarse debajo de la estufa cuando lo creías perdido.

Y empezaron las dudas, para qué carajo estoy viajando, cual es el objetivo, que sentido tiene insistir en quedarse por aca cuando ya no hay forma de no angustiarse, y las respuestas que uno se inventa, todo se va a resolver cuando consiga trabajo, volver ahora sería una derrota, si logro quedarme acá, si logro trabajar en otro país, si llego a sacar la visa y viajar a canada, si puedo con eso es que puedo con el mundo, el resto van a ser escalones quizas más altos, pero ya se que puedo subir escalones. Mastique angustia, hice a mi agencia de turismo buscar pasajes de vuelta para abril, y los patee para julio, me tire de cabeza, le meti huevos y crecí, siento que de todos esos días y de mi insistencia en seguir crecí, como muy pocas veces en mi vida.

En parte gracias a los Locales que ayudaron.

Los Locales.


Dani está loca, es la amiga de la amiga de las sanjuaninas, y la que maneja el tema del alquiler con el dueño del departamento, vive en la habitación mas cerca del porton, su vaje a Londres a estudiar ingles fue su debut como viajante, cuando se terminó el curso decidió quedarse un año más, y fue moza, bartender, se mantuvo con sus trabajos, vivio en casas locas con mucha gente desconocida, después volvió a casa de sus padres a DF para darse cuenta de que ya no podría vivir más de esa forma, y empezó a girar, su lugar preferido fue Cabo San Lucas, y a él vuelve en unos días porque como dice ella, Playa es un lugar demasiado de paso, necesito Locales más estables. Está loca y alterna entre estados de no me importa nada a ataques de llenar la cocina con carteles con instrucciones a prueba de boludos sobre lo que hay que hacer en cada caso para mantener el orden la limpieza y la higiene.

Las Sanjuaninas encontraron trabajo al toque, en una taquería concheta que estaba abriendo en la 5ta avenida, duraron 7 dias y 10 dias cada una, decidieron que si el hermano de Ceci venía de visita había que hacer las excursiones con él, y después del hermano fue una amiga y después otra. Decidieron que ya estaba de viaje y sacaron la vuelta para abril, se dedicaron el resto del tiempo a turistear y disfrutar de Playa y sus ladies nights. Sin embargo durante los primeros días fueron de mucha ayuda, mis angustias ya las habían pasado en Cabo San Lucas, sus experiencias, sus búsquedas eran el espejo en el que me miraba para convencerme de que estas cosas tienen que pasar, y mis encuentros de trabajo los festejábamos como campeonatos de nuestro club.

Lola estaba sola caminando por la calle equivocada cuando yo también perdido le pregunto la calle para ir a la función de playa del festival de cine de la Riviera Maya, y como ella también iba ahí buscamos la calle juntos, encontramos un lugar, charlamos toda la película porque ella ya la había visto y nos fuimos a tomar una cerveza al bar de miguel, cerveza mágica por cuestiones que se explican más adelante. Después de abandonar sus estudios de comunicación y de formar un negocio de arreglos florales con su hermana en Guadalajara, decidió que había cosas que quería probar, que había cosas que necesitaba pensar y dejó su ciudad, su novio y su negocio para irse a Playa a ver qué onda. De casa de conocido a trabajo por un amigo de un conocido de otro amigo empezó a poco de llegar como host en un restaurant que estaba abriendo. Todavía se está adaptando a la noche de Playa, a su departamento compartido, a su trabajo nuevo, mientras de vez en cuando hacemos playa juntos y tomamos más cervezas. Lola estaba, con todas las diferencias del caso, en la misma que yo, me ayudo a ampliar mi círculo de conocidos en playa y nos hicimos el aguante en los momentos de desocupación.

Santi es una de las personas más hermosas que conocí en mi vida, su alegría, su buena onda, su forma de ofrecerse todo el tiempo hace que sea la mejor persona que me podía tocar para vivir en la habitación de al lado. A la tarde cuando vuelve del trabajo si yo esty en casa nos quedamos horas charlando sobre nuestros viajes, planeando nuevos, comparando experiencias. En las primeras mañanas de angustia era el que batía el café con leche, el que preparaba las tostadas, el que le ponía pilas al día desde la primer comida, siempre en positivo, siempre para adelante, pero no como un fanático de alguna receta de autoayuda, su ser positivo surgía de la auténtica felicidad con la que disfrutaba la cantidad de cosas lindas que le pasan todos los días, y como algunas personas más en mi vida, también con la misma alegría es capaz de disfrutar las cosas lindas que le pasan a otros, por eso se entusiasmaba tanto con cada laburo que parecía salir, con los que salieron, con mi viaje. Fue el que en el peor momento en donde ya tenía segurísima la vuelta me dijo, no seas pelotudo, no pienses que desperdiciaste nada, lo que hiciste en este viaje hasta ahora ya es muchísimo, podes hacer más? Seguro pero no por eso vas a pensar que es una derrota volver ahora. Sin lugar a dudas es de las personas que más siento como Locales de apoyo en esta etapa de mi vida.

Locales truchos.

Chuy y Sarah. Chuy y Sarah vinieron a pasar unos días a la casa. Chuy es amigo de Santi desde que una vez fue a un seminario de marketing en córdoba y se conocieron, y le pinto venirse a playa a probar de vender su negocio y a descansar y Santi obviamente le ofreció parar en su habitación asi que por unos días los desayunos eran de a 3 o de a 4 cuando estaba Sarah, y las mejores comidas caceras que se hicieron en la casa fueron en su presencia, sobre todo sus camarones a la veracruzana que justo coincidieron con el festejo de mi primer trabajo, y el asado que Santi le hizo de despedida que fue otro golazo. Por más que tengamos aparentes diferencias políticas es, al igual que Santi, un tipo muy positivo, que le pone muchos huevos a todo lo que hace y que no para de dar a la gente que lo rodea hasta hacerse querer, pero sin esperarlo, solo porque es su forma de relacionarse. Quizás un poco estructurado es el inventor de frases de auto elevación de la autoestima como, este bombon se va a dormir, que tiraba todas las noches cuando vencido por las horas y horas de sol se retiraba de la sobremesa a descansar.

A Sarah la conocí en Isla mujeres una tarde en que pasando por la mesa en donde estaban axel y el quebeques de paul con su francés inentendible axel me invita a sentarme y charlar con ellos y nos enroscamos en una charla que fue desde la vida en Quebec a la actualidad política francesa totalmente en francés el cual yo entendí que ella comprendía porque sabía algo de español pero luego me confeso que no sabía nada de nada y después de los canadienses y los franceses parisinos que venía conociendo el francés de Sarah me pareció de instituto. 


Sara es Socióloga, de izquierda, francesa del norte de francia y estuvo trabajando en un proyecto en Quebec, al momento de conocerla ella estaba empezando unas vacaciones por latinoamerica que la llevaron por mexico, Guatemala y la volverían a Francia para preparar los papeles para emigrar a Quebec. Yo estaba recién ingresando en el mundo del couch surfing asi que ella me paso los datos para que la agregue como amiga y mi perfil sea mas creible, favor que devolví meses después cuando ella volvió de Guatemala y me pidió de quedarse en casa mientras terminaba de rematar la Riviera maya. Después de isla nos encontramos absolutamente de pedo en el mismo hostel de San Cristobal y ya quedamos en contacto sabiendo mas o menos por donde andaba cada uno. El trato el principio fue de hablar español para que ella practique la mitad del día y la otra francés para que practique yo pero al tercer día de su estadía yo empecé a trabajar en el primer trabajo y pasaba todo el día con Chuy que tanto como ella no es un tipo de guardar mucho silencio asi que ni bien volvía del trabajo y gracias a nuestra paja por sacar copia de la llave del depto ella me esperaba como si fuera una esposa o una madre, y seguíamos el resto de la noche en francés porque su cabeza ya estaba frita de español, y aceptémoslo, el español de los mexicanos es mucho más entendible que el de los argentinos, con Santi yo hablando tucumano cruza con cordobes directamente se iba a dormir porque no entendía ni una sola palabra. Al finalizar su estadía ya tenía mucha mas cancha con mi francés, hasta me di el lujo de tener una entrevista de trabajo en ese idioma, tenía un panorama político de Francia más claro y una amiga que visitar cuando vaya a Canadá.

El Trabajo Primero.


Me encontré con Chui y Sarah en la playa y cuando estaban por irse a dormir la siesta me llama santi que ese día no trabajaba que a donde estábamos, asi que se trajo empanadas y conseguimos una palapita personal para morfar a la sombra. Entre empanada y ice tea se armo una de las mejores charlas del viaje con todo lo necesario, de esa charla salí con una visión renovada de la vida y me puse a caminar por la playa repartiendo beach bar por beach bar CVs de mesero, hasta que en uno el barman me dice, hablá con el gerente, es el de camisa marrón, y el gerente me dice, tenés experiencia, obvio, sabés idiomas, ingles y algo de francés, bueno podés empezar mañana a las 8 de la mañana, desde luego!

Al otro día con bermuditas, zapatillas, chomba, gorrita y lentes de sol estaba listo para trabajar, no era todo, tenía que afeitarme también, atender mesas es el trabajo de mesero, pero en un beach bar se le suman el calor, el sol, la arena, y el armado de los camastros, reposeras, sombrillas con sus agujeros en la arena, cubos/mesitas, lmpiar todo, y a la tarde ya muerto de cansancio con media playa adentro de cada zapatilla desarmar todo y limpiar la arena. El beach bar estaba como relanzándose asi que menos el mesero de siempre, el garrotero, la cajera y los de cocina, el resto eramos todos nuevos, todos con su historia.

Richard había sido deportado de Hawái en donde trabajó como mesero durante 15 años, todavía le parecía natural nombrar algunas cosas en ingles para risa de todos nosotros, si bien intentaba ahorrar algo de dinero para poder volver allá también estaba feliz de tener a su hijo más cerca, por las noches bailaba salsa por propinas en la bodeguita del medio y se emocionaba como yo cada vez que me encontraba cantando la canción de Rubén Blades Amor y control, que le hacía acordar a su ex mujer. Tonio tenía una historia parecida pero había cruzado con coyotes desde México y trabajado en California, tenía a su hijo en Cancún con su ex mujer y había pasado unos meses en prisión en los estados unidos por drogas, un día después de mi renunció para trabajar en Cancún y poder pasar más tiempo con su hijo. Archer tiene mas o menos mi edad, una carrera de administración hotelera todavía sin terminar en DF y algo más de experiencia como mesero, era el que más me ayudaba con las técnicas y trucos para poder ser mejor mesero y no morir en el intento, de todos era el más cercano a mi y seguramente el que más voy a ver en lo que me quede aquí. Remy era francés, había vivido gran parte de su adolecencia en New York asi que ambos idiomas los manejaba a la perfección, no asi el español que para colmo el gerente con su campechaneidad tiraba lunfardo a mansalva y lo dejaba un poco con cara que que carajo, había pegado un viaje parecido al mío pero trabajando mas en Guatemala a donde paso casi dos meses, y cuando vió que no iba a poder forrarse de guita de mesero en ese lugar se volvió a Francia con despedida y camping en Tulum incluido, despedida a la que fuimos con Sarah para descubrir que ambos se conocían desde Guatemala y se pusieran a hablar a los pedos dejándome tan afuera como quedaban ellos con el cordobes. David es el barman más buenaonda que conozco y un profesional, me pasaba horas acodado a la barra preguntando los ingredientes que hechaba para preparar cada trago, el barman que vino después Jorgito es también argentino y quizas se mude cerca de casa si consigue algo, con el traspiramos a la hora de los papeles soñando con FM3 y esas cosas.

De esas casi dos semanas sin descanso, de esas maratones de 12 horas me llevo la riquísima experiencia de mesero y muchas personas que conoci como compañeros o clientes, muchas historias de vida, entre las que la mía no quedaba atrás de hecho varios turistas me confesaron su admiración a lo que siempre respondía, cualquiera puede hacerlo, no hay imposibles, solo ganas. Dormir 3 horas por doblar una suplencia de host, entrar a las 6 de la mañana por un festival, encontrarme a amigos ebrios amanecidos mientras ponía camastros, pasarme 15 días afeitado desde vaya uno a saber cuánto tiempo pero seguro que mucho mas de 12 años, y demostrarme que puedo trabajar de otra cosa, pero que es hermoso trabajar de lo mío, y que el diseño y la construcción es lo mío, es todo lo que tengo que agradecerle a mi primer trabajo en un país extranjero.

El Frenchu



Como imágenes consigamos algunas fotos con onda retro y borde redondeado como si fuera la película de Amelié y una vos en off diciendo:

Simón Etaby es francés, su cara lo dice, algunas erres también, si escuchamos su apellido y vemos su nariz no nos extrañaría que nos confirme que su padre es de Egipto. Estudió geografía en Rennes, la ciudad universitaria del norte de Francia, específicamente en Rennes 2 que es la facultad más zurdita, y cada vez que se conectaba a internet además de subir fotos, comentar todo y chequear quién lo iba a alojar en la próxma ciudad a través de couch surfing revisaba la actualidad política de Francia, se reía irónicamente, y tiraba sus “ahh bueno”que venían acompañador de un ruido con los labios tipo pedo, lo cual es típicamente francés.

La primera impresión que tienen todos los argentinos que conocer a Frenchu es de pensar sin lugar a dudas de ningún tipo que es argentino. Fácil es confundirse cuando hace dos años con solo una pobre base del idioma español Simón fue a Mendoza a estudiar en la universidad un año de su carrera, y como enfermo del idioma que es en menos de ese tiempo ya casi no cometía ningún error y por lo más, tenía todos los modismos y acentos de la zona, se comia las eses, estiraba vocales, para él el español correcto es el que uso como diario durante el primer año que lo habló, nunca tuvo un Michael and Andrew, unos Veronique et Clement, que desde un video, desde un casette, o desde un libro le indicaran que la forma correcta de hablarlo era otra. Simón consciente de eso cada vez que en su viaje encontraba un termo, un mate o algún signo de posible argentinidad o uruguayidad sacaba sus mazo de naipes españoles y preguntaba “quieren jugar un truco?”

Tanto a Frenchu como a mi nos enferman los idiomas y todo nuestro tiempo juntos fue un constante preguntar, corregir, indagar y me vi en la cuenta de que el español es jodidamente difícil, de que saber hablarlo y escribirlo no significa poder enseñarlo, y de que hay miles de cosas que se que se dicen de una forma y no de otra por costumbre y no porque alguna vez haya sabido la regla que la regula, aunque entre guacamoles y cervezas hayamos pasado noche intentando descubrir alguna norma.

Nuestro derrotero juntos partió de Flores en Guatemala, cruzo la frontera en bus lancha taxi y bus hasta palenque, incluyo las ruinas de palenque, la primer noche en la selva y la segunda con todo lo que ello conlleva, el viaje a playa y unos diez días mas en playa lo que después se conocera como la etapa de playa turista, mas una noche en cancun cando volvió de isla mujeres y antes de que se tome el avión pa Colombia. Ese es el físico, el aburridamente concreto y mundano, el otro, el mental el planeado incluye monos aulladores, planes de múltiples bifurcaciones cada vez que descubríamos que había dos opciones (imagen de un diagrama de flujo ramificándose) en donde aparecían tuc tucs en Barcelona, Vietnam, Canada, Francia, Alemania, Colombia, ONGs, Empresas cooperativas de consultoria diversa, hostels copadísimos en lugares paradisíacos y siempre, siempre el plan de volver a vernos, de resolver la disyuntiva entre viajar, vivir bien y ganar el dinero suficiente para hacer eso.

A esa isla llego nadando


El bus que nos llevo de Quetzaltenango paso por Ciudad de Guatemala, pero haciendo caso a todas las voces que nos habían advertido acerca de su peligro no hicimos mas que bajarnos de un bus y esperar a que salga el siguiente hasta comiendo en la terminal privada de la empresa. Apenas amenazando a amanecer nos deja el bus en la Isla de Flores sin terminar de entender porque no en la terminal bajamos todos nuestros bártulos que incluían las clavas de Jere mi guitarra y la colcha que la rubia se había comprado en pana y nos dedicamos a esperar a que saliera el sol, con tanta suerte que ahí en la rambla vimos uno de los más lindos amaneceres del viaje luego del cual encontramos un hermosísimo lugar para desayunar con internet y vista al lago, el internet me sirvió para confirmarle a mi agencia de turismo que por favor abra el pasaje que tenía fecha de retorno para el 15 de marzo, y la vista al lago nos permitió mirar la isla de enfrente y decir llenos de coraje “a esa isla llego nadando”

Flores se encuentra en la provincia de Peten que a diferencia del resto de los lugares de Guatemala que conocimos no es una zona montañosa sino llana y mas bien selvática donde las altas temperaturas y su humedad hacen que si dejas el pie quieto la enredadera más cercana te crezca por encima. La ciudad está construida sobre una isla en el medio de un lago por lo que solo mide como unas 5 o 6 cuadras de diámetro, con una rambla circular solo interrumpida por el puente que la une a tierra firme y una pequeña isla enfrente alberga el museo de la zona, a donde llegamos nadando unos días más tarde.

Habríamos de conocer a Flores mejor en un par de días ya que ese día nos encontramos con las amigas guatemaltecas de Jere, nos subimos a su camioneta y nos dirigimos a una cabaña paradisiaca a orillas del mismo lago pero en otra parte, previo almuerzo de tortillas con palta tomate queso y picante en un muelle con clavados y todo. En esas cabañas paradisíacas pasaron tres cosas: la rubia fue atacada por un pato, vimos estrellas fugaces a la noche desde el muelle en el lago y la amiga de la amiga de jere nos hizo una introducción a la história política de Guatemala.

Al otro día esperamos a que se haga la tarde para ir a las ruinas de Yaxha, la idea de esperar era estar en la última pirámide que tiene una privilegiada vista al lago Petén Itza para disfrutar de la puesta de sol, con un vinito. Unos boludos los mayas para elegir la ubicación de los edificios. Caminando por la selva pensaba en la cantidad de pirámides y otros edificios mayas que faltan por descubrir, de hecho la pirámide más grande la encontraron hace pocos años, todo montículo de la selva parece un edificio por sobre el cual la selva pasó. Y volver a Flores, comer un churrasquito, despedir a las chicas y cumplir la promesa de ir hasta la isla nadando. Experimentado y todo a mi me generaba dudas, tan cerca de la superficie del lago me era difícil calcular la distancia pero me tiré y me propuse ver que onda, cuando llegue a la mitad me pareció que era lo mismo terminar que volver, siempre hay algo que nos traiga de vuelta. Llego y me pongo a charlar con unos chicos que estaban jugando, y argentina y messi y esos son tus amigos? Volteo y veo a Jere y a Flor nadando, ya muy cerca, me dio susto primero pensando que lo que les podría costar y luego me sentí un boludo cualquiera, volvimos ya con el sol poniéndose, y charlas internacionales en el muelle mientras el sol seguía muriendo.

Otro día más de Flores, de disfrute, de arreglar la salida, de despedida porque ya nos separábamos, de nadar a la isla de enfrente, esta vez ya con el sol puesto, y encontrarnos con todos esos nuevos amigos hechos esos días para festejar el cumpls de Jere, con Stijl el belgo que va a ir a canada, frenchu, más conocido como Simon, el mendocino con pasaporte francés, los locos de mierda de Suecia y su ninja en medio de nuestras clases de salsa, y las doce, y el sueño de esos intensos días y nuestra última noche juntos.

La vuelta de Guatemala por la frontera de Palenque, la selva, el Jere Dormido, el frenchu intentando chamullar en hebreo, la guitarreada en la balsa que cruza el río que hace de frontera con una canción en hebreo, una en francés, una en japonés y una zamba para mostrar. Llegar a Palencu, pasarnos las fotos, despedir al culiado de Jere que iba a hacer la gran Jere una vez más y viajar hasta DF por menos de 200 pesos. Negociar fallidamente el hospedaje barato con el frenchu y al otro día las ruinas, nuestra falsa partida y las sanjuaninas y españolas que no jugaron al truco pero nos hicieron quedarnos una noche más y convencieron al frenchu de viajar con nosotros a playa del Carmen.

Un Mes de Silencio.

(O "como dejar de ser un turista y no morir en el intento")

¿qué pasa que no escribis más en el blog?

¿Se acabaron las cosas para contar?

¿No hay cosas nuevas?

¿Pensas que son menos interesantes?

¿Están pasando cosas que no querés que tus lectores se enteren?

Lo que pasa vamos a intentar explicarlo en las próximas entradas, hay muchísimas cosas para contar, son cosas muy interesantes y algunas de ellas son cosas que no quería contar hasta que ciertas cosas pasen, o hasta que dejen de pasar. 


Derrotero:

Desde mi última entrada “Panajamutchel” vino la odisea entre las ruinas de Guatemala, la Isla de Flores, conocer al frenchu, la despedida de la cordobesa, la frontera, la despedida de Jere, Palenque con todo, irnos a Playa del Carmen con las sanjuaninas y el frenchu, conseguir derpa, turistear, la angustia extrema, las ganas de volver, la decisión fallida, los excelentes compañeros de departamento y amigos nuevos, la francesa y el chui, el trabajo primero, y el trabajo segundo.

Cada uno de estos sucesos merece una entrada en paticular, pero como estoy atrasado y nadie va a leer el diario de ayer en el desayuno si al lado tiene el de hoy esta entrada se va a concentrar en esta semana, en mi vida de esta semana.

Esta Semana:

La semana empezó con una entrevista con un arquitecto en un café, que gracias a la incompatibilidad entre compañías telefónicas fue sentarnos, tomarnos uno mientras nos puteabamos mutuamente por habernos dejado plantados, hasta que de las 45 llamadas perdidas y 5 mensajes de texto solo llega un mensaje de voz y una llamada que se devuelve y entra a un celular pasado de contrabando al interior del primer trabajo incumpliendo la normativa de la empresa, atendido en la bodega y nueva entrevista a las 8 de la noche con 3 estellas artois originales de Bélgica, de la que salgo con un nuevo trabajo, con la tarea de renunciar al día siguiente al primero y con una alegría espiritual y espirituosa.

Qué lindo que es renunciar a un trabajo por otro mejor, o por algo mejor, levantarme tranquilo, desayunar en la mesita del patio más tranquilo aun, con dos ojotas, la malla y las antiparras caminar las 6 cuadras hasta la playa, nadar mis 20 minutos mirando los peces de colores entre los corales, elongar, volver, ducha y todavía más tranquilo ir a renunciar, el gerente que se fue temprano, pasarnos los últimos celulares, fotos de todo el staff, arreglo con la contadora que el sábado cobro lo que se me adeuda y que me puedo quedar con una remera de recuerdo!

Llamo a mi nuevo jefe, me pasa a buscar vamos a ver la obra y a almorzar y me tira un “y como es tu primer día tomatelo para reencontrarte con tus amigos, bajar unos cambios, relajarte” y después de mucho tiempo me relajo de verdad, me voy a dormir relativamente temprano y logro dormir más de 8 horas seguidas, record total desde que llegué a playa, sobre todo en los momentos de la angustia extrema. Segundo día de mucho dibujo y tomar medidas, tercer día lo mismo y hoy ya cortar las maderas, conocer a las ferretería de acá cerca, dibujar en casa intoxicado de espiral y ardiendo de las picaduras de los hijosdeputa de los mosquitos! Cuarto día comprar los materiales, empezar a pelearme con los proeedores, agotar mi paciencia a la hora de averiguar como carajo le dicen aca al terciado, al canto a la bisagra y la puta madre no alcanza con hablar español! Quinto día de ojotas y sin remera encerrado en un depto bajo el ventilador armando los muebles, haciendo ajustes, y recordar mis día de mesero en la playa.

lunes, 27 de febrero de 2012

PanaChamulaJchtel



Rencontrarme con la hermana de la colo, rencontrarme con Jere después de dos meses de habernos conocido en el avión que me permitió empezar con este viaje de forma concreta, rencontrarme con Sarah, la francesa que se va a ir a vivir a Canadá, rencontrarme con Niv, el israelí hijo de cordobeses, rencontrarme con las ganas de seguir viajando y con un correrse de las nubes autoimpuestas que se amontonaban en el horizonte y no me dejaban ver para donde agarrar, rencontrarme con una guitarra y con el hacer música de vuelta. Esos reencuentros ocurrieron en San Cristóbal, y permitieron otros encuentros igual de importantes.

Encuentro con las tradiciones más propias y más celosamente guardadas de los pueblos mayas, de los habitantes de esas montañas, esos bosques y esas selvas que se extienden desde Yucatán hasta la republica de Guatemala, encuentro que empezó en Zinacatan, pueblito que está en un desvío del espectacular camino de montaña que nos lleva desde San Critstobal hasta San Juan Chamula. A diferencia de este último allí si se permite sacar fotos y nos sacamos fotos con ellos, y nos sacaron fotos y de pronto me di cuenta que eramos los únicos turistas de todo el carnaval, los únicos que se habían metido en el medio, que habían querido formar parte de esa fiesta que representa lo que uno es, y hecha con alegría música, baile y bombas de estruendo a la mala suerte y las desgracias. A diferencia de Chamula no nos protegieron de las cosas que pasaban, nos incluyeron en la comparsa de los zapatistas, nos dieron un arma de utilería a cada uno y fuimos pasando de estación en estación del carnaval de Zinacatan, ustedes vienen con nosotros!, nos dijeron con el tonito agudo que fuerzan por razones que seguimos discutiendo. A diferencia de la comparsa, en la misma capillita abierta donde sonaba la marimba y la batería de cacerolas, un grupo de hombres, con caras curtidas por el sol y el frío de las montañas rezaban empedernidamente un avemaría entre cruces de madera, incienso y tequila.

Encuentro con Guatemala, con una van loca llena de gente especial, interesante, cada uno con su viaje, con su vida por hacer y su vida hecha. Encuentro con Juan, el anarquista, ex comunista, profesor de yoga, chamán y excelente tipo, que no es condición de ninguna de las características precedentes, con sus charlas sobre la historia de España, nuestras apreciaciones sobre la primavera árabe, los indignados españoles y la argentina del 2001. Encuentro con el lago de Atitlan, sus volcanes y sus mayas escondidos entre tradiciones, historias que son mitos y no. Encuentro con la cerveza de litro de Guatemala, con los amaneceres en el lago, con las ambullidas la meditación y los desayunos con huevos y frijoles.

Encontrarme con la gente dando la vuelta al perro con la gente del pueblito del otro lado del lago, subiendo 6 cuadras a mas de 45 grados de inclinación, subiendo sin poder creer como por esa calle podría llegar a subir ningún vehículo, ninguna señora mayor con su bebé a cuestas, y sin embargo lo hacían. Llegando al centro de una pequeña ciudad, como cualquier otra con su iglesia frente a su plaza, quedándonos media hora mirando un partido de básquet femenino, comiéndonos los mejores tacos del viaje entre gente, gente de ahí, éramos casi los únicos turistas en el pueblo, eso nos permitió dejar de ser los turistas en la ciudad turística, para poder concentrarnos en sentir la ciudad, sentir su gente, sin vernos como turistas, como en una casa sin espejos.

Encuentros y desencuentros que hacen a la vida esa suma de momentos que de alguna forma justifican nuestra existencia en este mundo.

sábado, 25 de febrero de 2012


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Siendo las seis de la mañana del sábado en nuestros cuerpos, y las once de la noche del viernes a nuestro alrededor, volvimos a pisar el suelo patrio después de un mes exacto de nuestra partida.
Atrás quedó Indochina y un viaje increíble, donde conocimos lugares tremendos, costumbres sabias (y raras), comidas ricas (y picantes), y gente de todos los colores y procedencias.
En todos los viajes se aprende mucho, “la mejor escuela de la vida es poder viajar” dice siempre Manu Chao y tiene razón.
Nos volvemos a suelo argento con varias cosas aprendidas y tantas otras, que ya sospechábamos, confirmadas.
En el mundo hay gente mala, a quienes no les importa el prójimo ni su pueblo ni su país, gente que esta ahí esperando para aprovecharse de las desventajas de los otros. Pero, y por sobre todas las cosas, en el mundo también hay gente buena. Gente que ama el lugar donde vive, que solo quiere trabajar para poder vivir, para viajar. Gente que sueña, que es muy distinta a nosotros, pero muy parecida al mismo tiempo. Todos buscamos ese” lugar” donde estar en “familia”, donde querer y que nos quieran, seamos thai, vietnamitas, argentinos, camboyanos, australianos, chinos, singapurenses, españoles o mexicanos.
Todos, con nuestras diferencias, en el fondo sabemos que lo importante de la vida no es el dinero, ni los horarios, ni el poder, y que en el mundo hay pocas cosas más bellas e importantes que ver un atardecer en la playa o compartir una sobremesa con amigos o “familia”.
Este es es el último post en este blog, al menos sobre Indochina y esta experiencia que nos cargó de pilas para lo que viene en el 2012. Gracias Adru por hacernos un lugarcito, y gracias a todos los que compartieron el viaje con nosotros leyéndonos, será hasta siempre!!!.


Koh Phi Phi

Estuvo bueno que nuestros amigos catalanes, y casi todo el mundo, nos advirtieran que Koh Phi Phi era un caos de gringos borrachos y de mugre en la playa, y que no era buena idea pasar la noche ahí, por lo que decidimos ir solo por unas horas.
Estuvo bueno levantarnos temprano para devolver la moto (y recuperar el pasaporte) y que la encargada se levante por nosotros a las siete y media de la mañana.
Estuvo bueno que la señora de la agencia de viajes que estaba frente al hostel, a la que le compramos el ticket, se quedara en la vereda de enfrente esperando que nos pasaran a buscar en el horario pactado.
Estuvo bueno tardar solo una hora y media de Koh Lanta a Koh Phi Phi, luego de varios viajes que nos hicieron perder casi todo el día.
Estuvo bueno llegar a Koh Phi Phi a las diez de la mañana y sacar el toque el pasaje para Phuket para las 14:30 (último bote del día), y que nos guardaran las mochilas ahí mismo.
Estuvo bueno encontrar rápidamente un bote privado que nos lleve a Maya Bay por un precio razonable.
Estuvo muy bueno llegar a Maya Bay (“la playa” de película), ver que estaba abarrotada de gente e irnos a una playita a un costado que al rato quedó completamente vacía, solo para nosotros.
Estuvo bueno despedirnos de las playas de Tailandia en un paraíso, hacer snorkeling por última vez y ver a los peces loro comer raspando las piedritas del fondo.
Estuvo muy bueno haber encontrado la luneta, que creí perdida cuando abrí la bolsa de snorkel y no estaba!
Estuvo muy bueno que el timonel del taxi boat nos pase a buscar por la isla exactamente a la hora señalada (1:40)
Estuvo bueno volver a Koh Phi Phi, agarrar las mochilas y salir para Phuket al toque.
Estuvo bueno que el taxista en Phuket, que no sabía dónde estaba nuestro hotel porque era muy nuevo, se preocupara a full por llevarnos a destino, preguntando en todos lados y llamando por teléfono hasta que se pudo ubicar.
Estuvo muy bueno pasar la última noche en una suit de luna de miel más grande que nuestro departamento.
Estuvo bueno que el recepcionista del hotel nos prepare un desayuno muy rico y después nos lleve al aeropuerto sin cobrarnos nada y sonriéndonos mucho todo el tiempo, charlando de todo en su medio inglés.
Estuvieron muy buenos, excelentes, memorables, estos 17 días en Tailandia.

viernes, 24 de febrero de 2012


Koh Lanta

Después de Khao Lak, el siguiente movimiento natural tendría que haber sido Koh Phi Phi, sin embargo ellos eligieron Koh Lanta, y para ahorrar el sesenta por ciento del precio del pasaje decidieron ir por su cuenta.
Los primeros rayos de sol de la mañana cayeron en sus cabezas luego de media hora de espera en la parada del bus. No podían ir a desayunar por miedo a perder el micro. Tampoco podían quedarse sentados en la parada, ya que de no hacerle una seña, el bus no se detendría.
Luego de dos horas de espera, finalmente subieron y luego de dos horas, estaban en Phuket.
El calor era agobiante, como siempre, el peso de las mochilas parecía multiplicarse con el paso de las horas, con el paso de los metros.
En Phuket la joven pareja abordó una minivan con destino a Koh Lanta. Nadie les había advertido que el viaje duraría cinco horas, nadie les había advertido que como compañeras de viaje tendrían a un par de chicas francoparlantes que hablarían sin cesar durante las primeras tres horas.
De pronto, con la espontaneidad característica de los fenómenos climáticos en el sureste asiático, “el dios de la tormenta quiso abrir la caja de los truenos y tronó”. La lluvia era tan intensa que rápidamente se formaron enormes charcos sobre la autopista, que lejos de acobardar al conductor, aceleraba generando un desplazamiento acuático a los costados del vehículo que ya a estas alturas era un verdadero anfibio. El particular fenómeno provocado por la velocidad y la lluvia, no sorprendió a la joven pareja, acostumbrada ya a los avatares del tránsito, tan propios del cono sur. Sin embargo provocó el terror de las muchachas francoparlantes, quienes como por arte de magia, hicieron silencio durante el resto de la jornada. Ambos se miraron y rieron satisfechos, pensando que no hay mal que por… (exacto).
Llegaron a Koh Lanta bien entrada la noche, bajo la lluvia. Ni bien bajaron de la minivan, varios conductores de tuc tucs se abalanzaron sobre ellos ofreciendo viajes por las sumas más disparatadas que uno podría imaginar, y luego de algunos minutos de regateo se subieron a uno que los llevó a un hostel cualquiera, cuyo nombre habían tomado de la Lonely planet, porque no tenían reserva alguna.
Como no podía ser de otra manera, el hostel en cuestión estaba completo. Él se maldijo para sus adentros pensando que debió haberse quedado despierto la noche anterior y buscar en internet una habitación. Ella pensó que lo mejor era seguir buscando. A los pocos minutos ya tenían una habitación en lo que parecía un Café, aunque después resultara un prostíbulo.
Koh Lanta les pareció una playa más, nada diferente de lo que ya venían viendo, muchos resorts, bares, restaurants, turistas europeos por doquier. Sin embargo nunca se cansaban de las largas playas, la cálida temperatura de las aguas del mar de Andaman, ni de los atardeceres en la playa. Disfrutaban mucho las caminatas en la playa, las charlas comiendo ananá recién cortada, del snorkeling.
Decidieron sacar ticket para ir a Koh Phi Phi al siguiente día. Aunque el destino tenía otros planes.
Con pasaje en mano, se conectaron a internet para buscar alojamiento en Koh Phi Phi, les había advertido que esta pequeña isla estaría abarrotada de turistas fiesteros, pero no podían despedirse de Tailandia sin conocerla, la idea de “la playa” era casi magnética.
Por casualidad, al conectarse revisaron el FB y encontraron un mensaje de los amigos catalanes que habían conocido en Koh Tao, Albert y Alba. De esos amigos de viaje que de compartir tanto en tan poco tiempo ya suenan como grandes amigos. Los amigos catalanes les contaban que también estaban en Koh Lanta y que no fueran a Phi Phi, que era perder tiempo y dinero. Todo es más intenso en los viajes pensaba el mientras contestaba el mensaje y ella pensaba en devolver los tickets recién comprados. Arreglaron para encontrarse, de nuevo él pensó en la intensidad de ciertas cosas en los viajes.
Al día siguiente alquilaron una moto, a la que bautizaron “Mogollón”, que en catalán quiere decir “un montón” y fueron a recorrer la isla con los amigos. Comieron helado y fueron el kayak a las islas cercanas. Por la tarde, los cuatro contemplaron el atardecer en la playa, con mate y se despidieron con comida italiana… en un local local.

sábado, 18 de febrero de 2012

68 Romina para armar



La veo dormir y pienso. La tos no me deja dormir y la falta de luz no me deja leer así que la miro y pienso. Sin Ella este viaje sería impensable. Me perdería en cada esquina y dudo que hubiera podido salir del aeropuerto de Singapur.
Ella es la que leyó toda la biblia lonely planet. La que sabe a donde ir después. La que se ubica en todos los mapas y agarra su mochila y va para adelante y a uno no le queda mas que seguirla como se pueda. Ella que sabe siempre que hacer y me convierte por momentos en un admirador que cada tanto traduce. Ella que se rie de mis chistes y me hace reir y el capitulo 68 de Rayuela.
Me hace enojar y me cambia la vida a cada rato. Logra que me rinda a cada rato, que capitule y a la vez que no me rinda nada. Ella que duerme y se acurruca, de a poquito se acurruca, de a poquito sube y sube y lo va viendo todo. Se zambulle en las conversaciones con gente cuyo idioma no entiende, pero se manda igual, porque sabe que de alguna manera va a lograr lo que quiere, siempre lo logra.
Que me hace confiar en mi y en todo, y que sabe (y se) que todo va a estar bien mientras nos tengamos cerca.
Sin ella este viaje, -o cualquier otro- seria impensable, ella es este viaje, porque a la vez es estar como en casa en cada rincón en el que nos acurruquemos, y el capitulo 68 de Rayuela.

Khao Lak


Algun dia de febrero, ya no se bien cual...

En Koh Tao dejamos una cabañita que no tenia agua caliente ni ropa de cama, y mucho menos servicio de limpieza. Con un baño sin mochila y había que utilizar un balde de agua cada vez. Una cabañita donde reinaban los granitos de arena. Sin embargo nos costó bastante dejar Koh Tao, la isla tortuga donde ya no hay mas tortugas.
Nos costó porque ahí dejamos amigos como Albert y Alba, dos catalanes súper enamorados de la vida y entre ellos, como Fernando, un madrileño fanático de la fotografía, de los gatos y de caminar por calles que no se sabe bien en donde van, como Hernán el koreano mas argentino de todos los koreanos que tiene un negocio de ropa en Belgrano, que nació en Villa del Parque y al que todos creen japonés. Como a “Juan Diving”, nuestro guía por los secretos de las profundidades de Koh Tao y su paraíso acuático a lo largo de cuatro buceos inolvidables, y como “el brujo”, un español que un día se fue a Tailandia cansado de que le roben el rodillo con el que pintaba casas y lo invirtió todo en una escuela de buceo que construyó a fuerza de trabajo y un ingleé de pico y pala. Y otros tantos.
Dejamos el océano pacifico para cruzar, al otro lado, al mar de Andamán, a Kaoh Lak, en adelante KL.
Todo lo escrito antes de este renglón, lo fue durante el IN-TER-MI NA-BLE viaje en colectivo desde Chumpon hasta Kaoh Lak, aunque es justo decir que la parte del barco nocturno estuvo buenísima.
KL es un pueblito muy tranquilo, muy de turismo familiar, lleno de suecos, finlandeses y alemanes, que vienen con toda la familia. Esta rodeado de montañas cubiertas por la selva que terminan en el mar. La playa es muy linda, y los atardeceres sobre el mar son algo increíble. Lo que mas nos interesaba de este paraje es que desde aquí parten las excursiones “vida a bordo” hacia las islas Similian.
Antes de venir habíamos intercambiado mails con dos compañías distintas, pero una de ellas nos gustó más, no solo porque nos atendieron barbaro, sino porque ahí trabaja Fran, un español que esta viajando hace tres años por estos lados y que nos habían recomendado en Koh Tao.
Como describir un vida a bordo? Como describir diez buceos en tres días?...Pinceladas: es como volar, girar 360 grados nadando dentro de un banco de peces, jugar a starwars y lucha con lightsavers en un buceo nocturno con Joe el australiano, bajar 30 metros antes de desayunar, colores, increíbles y seres acuáticos que, antes de esto, solo existían en los libros, Romi respirando 60 bares cuando todos los demás gastábamos 100. Cansados pero contentos, advanced course, PADI y sus robos, Linus y sus dibujos, Fran y su buena onda, parando diez minutos frente a un bichito diminuto pero impresionante que solo él podía encontrar en medio de la nada de todo ese paraíso deslumbrante. Bucear, dormir y comer con mucho hambre cuatro veces al día. Tantos colores, tanto mar, tanto Tailandia.

jueves, 16 de febrero de 2012

Historia 3: Una Alemana en Guatemala

Pude descansar del francés que quiero practicar en todos lados donde voy, del inglés que ya revienta, del italiano forzado de los últimos días, y hablar español ya que, como me dijo con una cara de "mirá que entiendo todo" mientras yo hacia chistes con las dos marplatenses del asiento de adelante, viví tres años en Guatemala. Lo que no descansamos fue del sueño que cada uno traía ya que en las intemrinables 15 horas que compartimos yendo de Tulum a San Cristobal de las casas, ni Sarah ni yo dormimos mas de 4 horas, había muchos temas en común, muchas curvas en el camino, muchos baches en la ruta y nuestras altas alturas propias nos impedían tomar alguna posición cómoda en los asientos del bus.

Traía un sombrero negro, el sol me hace muy mal para cantar, traía un bajo eléctrico que en cualquier momento parecía dispuesto a caerse sobre alguno de nosotros entre las curvas de la selva lacandona, traía unas ganas de hacer música que nos otorgó horas de charla, de opiniones encontradas y coincidentes y que a ella le trajo la decisión de irse a estudiar música a una universidad de guatemala a los 19 años, sabía español por el colegio pero en verdad lo aprendió allá, entre sus pronunciaciones germanas metía de vez en cuando algo de lunfardo Guatemalteco como si todo el mundo hispanohablante utilizara eso normalmente, lo más serio fue en la frontera, me contó, cuando no se que le dije al oficial de migraciones sobre meterme en problemas.

Traía una mochila increíblemente pesada, regalos para mis amigos de Guatemala, en especial una botella de un wisky alemán para mi amigo barman, traía un cuatrimestre en su escuela de edicion de sonido de una pequeñisima ciudad de la ex alemana del este, con esa ciudad unos amigos demasiado alemanes, una vida demasiado pueblerina y unas ganas inconfesables de volver un poco al quilombo latinoamericano. No puedo hablar con la mayoría de los que antes era mis amigos, no tengo ningún tema de interes en común, me aburren me dan bronca, la cantidad de cosas que están pasando en Alemania, ver como día a día lo poco que quedaba en pie se privatiza, como el costo de vida aumenta y la población solo baja la cabeza y sigue trabajando sin quejarse, me da mucha bronca, no puedo soportarlo.

Traía un pañuelo de colores bien yucatecos, y una historia familiar de separaciones, de hermanos distanciados, de padres separados y decisiones difíciles pero en donde siempre había lugar para una segunda oportunidad si se tiene la paz interior suficiente, paz que supongo vino a recargar en estas vacaciones en Guatemala, con trabajo ya arreglado, voy a vender pan en una panadería, necesitan alguien con cara de extranjera, y sus ojos azules en medio de ese pelo rubio no podía venir mejor, amigos que reencontrar y su vida tironeada entre estudios oficiales alemanes, pasión no oficial y todo el atlántico en el medio.

En estos años en Guatemala se dió cuenta de como es el Alemán típico, de cuales son las cosas que conforman la forma de ser alemana: Trabajar siempre lo más posible, obedecer reglas, hay reglas hasta para decirte cuan alta tiene que ser la verja de enfrente de tu casa, respetar a la autoridad, pero contame vos, me preguntó, cuales son las cosas que hacen al ser argentino, me costó horrores y casi media hora terminar la respuesta. Comida, le dije, cualquier ocasión que provoque un encuentro tiene comida, facturas, bizcochitos, asado, la pasta del domingo, unas pizzas, siempre está la comida en el encuentro. Espontaneidad en el encuentro, no existe planificar la semana o el finde, siempre te puede caer un amigo y quedarse a cenar, siempre te pueden llamar al ultimo momento para una cerveza, ninguna actividad con otro tiene una hora límite cierta. La familia, el encuentro en la cena, la pasta de los domingos, los cumpleaños multitudinarios, las navidades y años nuevos con comida para una semana, las mesas grandes.

Que lindo, dijo ella; que lindo la verdad, pensé después... y la charla siguió entre Ellas Fitzgeralds y Tom Waits, y ella y sus viajes y sus paises, y yo y los míos.

domingo, 12 de febrero de 2012

Intercambio de Camisetas




Aunque la insistencia de metáforas futboleras moleste a alguna alma sensible llegó el día de cambiar camisetas. Fué una decisión que se armó en la cabeza, y de pronto, gracias a palabras amigas, a gestos, algún ukelele y un abrazo sentido mi alma de sufriente local solo mutó en un río que encontraba su cauce. Primero fue poner fecha, no demasiado precisa, uno o dos días. Luego fue poner destino, San Cristobal, o Mérida primero, o mejor Tulum.

Como un un dique de ramas y rocas roto por una crecida a través del cual el agua logra pasar, las imágenes, las personas, incluso los sonidos de toda la isla cambiaron, y ya nada era ni podía llegar a ser rutina, todo era excepcional, todo empezaba a ser extrañado antes de dejarlo. Los cocoteros recortados contra el azul profundo del cielo, el turquesa del agua, incluso la hermosa y siempre cambiante tribu de locos que se forma en la playa derecho del hostel, con sus cordobeses bajando cocos, sus porteños rompiéndolos contra trozos de concreto. 

Y las despedidas, agregadas al FB, los últimos almuerzos, burritos, ceviches, las últimas cenas, las últimas cervezas. Todo está por ser extrañado en cualquier momento, todo toma otro color, otro valor, me pongo del lado del que se va y veo caras, sorpresas, broncas, esperanzas en los que se quedan. Doy un paso atrás de lo cerca, tomo distancia, ya no se habla de a donde cenamos hoy, sino de como siguen nuestros viajes, que país queda, a donde nos volvemos a encontrar.

Abrazos, nostalgias detenidas y saz con durbeke enfrente a la iglesia, en la plaza del pueblo, de vez en cuando mi mente se aparta de mis ojos y ve todo desde afuera, como hijo del cine que soy todo me parece una película, todas son escenas logradas, todos los faroles de las calles y las plazas logran esos efectos que me vuelven a meter en la historia, mi historia, la mía y la de los otros, Tintin, axel, Crazy Mark Paul, Lore, Yunus y su hermano, su familia, Silvia, Fede, la mama, Payo, y con sus lugares la isla me trae a los ayer visitantes y hoy compañeros en esto de dejar la isla, cuyos nombres quedaron en un banco, en una pared, en una ola rompiendo contra un malecón.

Volver al Ferry, volver al falso faro de Puerto Juarez, volver a dejar la isla, volver al bus de ADO, volver a encontrar gente en el viaje, historias de quienes no estamos en nungún lugar, y canadá que vuelve en inglés. Llegar a Tulum, que me confundan con alemán y sentirme en europa, o mejor dicho, sentirme más turista que antes, mas foráneo más extranjero. Un latinoamericano en Europa en el medio de la ribera maya. Un paraíso de arquitectura ecológica en el medio de la playa caribeña que por más acostumbrado que me tenga nunca me dejará de sorprender y sacarme una sonrisa.

Sentarme en una roca con los músculos de la cara tensos después de horas de sonreir sin parar y pensar en lo hermoso de ciertas cosas que dejan al hambre, a la miseria, a la guerra misma como un producto atroz y egoísta de quienes se niegan a conocer la belleza, la paz, de quienes no permiten a este mundo ser lo que queremos que sea. Me vuelve a pasar lo que me pasó aquella vez que decidí que no podía vivir más sin hacer algo para cambiar lo que me molestaba, lo que me impedía disfrutar del todo, que algún barbudo con asma en alguna isla de este caribe, alguna vez llegó a expresar con la fuerza que lo caracteriza como "que sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo"

Del Paraiso a la Lucha, sin escalas, sin que el mundo que queremos construir se me vaya de  los ojos, de las manos, en el viaje.

Próxima parada, San Cristobal de las Casas.