jueves, 30 de abril de 2009

Estar más solos.


A que apunta el humor no evangelizador?. A lo etiquetado, desde lo político, lo social, la burla a las instituciones ligadas al poder que tienen un discurso, pero su finalidad es el control de las emociones y digitar las conductas de la gente. Uno se ríe de eso, de la seriedad, de lo normado, lo que hay que hacer. Todo eso se derrumba cuando se puede mirar las cosas de otro modo. Si es así, el humor es algo más que contar chistes más o menos buenos, y tiende a ser una especie de autoafirmación de la persona.
¿Que significa el control de las emociones? Es lo que ocurre con la comunicación. El bombardeo de información ligado al tema del consumo, a que nos digan qué necesitamos para estar bien, tener mejor calidad de vida, o ser correctos. Ahí aparece el formateo de los medios, cuando les creés como palabra autorizada. Ya no es el cura de la Iglesia, ahora es el comunicador, la publicidad, el marketing. Terminan formateándote no sólo lo que pensás, sino también las emociones.
¿Qué hacer frente a eso? Aspiramos a que el humor sea un modo de ruptura de esos dictados. Pero en realidad uno tiene que estar más atento a las propias emociones que a las de los demás. Hay que estar alerta, pero no defendiéndose del mundo ni por una actitud conspirativa, sino para dejarse guiar por el propio instinto. Mirarse más para adentro que para la contaminación que viene de afuera. Y aliarse, juntarse con los que están en una situación de vida similar, para que haya un modo de compartir la vida".
Cuentan que el filósofo Gilles Deleuze fue interrumpido durante una conferencia por un hombre que le planteó que el problema del ser humano es que está solo. Deleuze contesto:"No, el problema es que no estamos lo suficientemente solos". La soledad como modo de encontrarse para no dejarse formatear las emociones y las ideas, no es aislamiento ni autismo. Y las alianzas con los otros, para compartir la vida, no son la masificación contaminante que proponen las máquinas de moldear sociedades.