miércoles, 10 de septiembre de 2008

Del concepto G a la espiral del tipo W 6 de 6

Primero tenemos que lograr interpretar al mundo desde dos planos (por ahora), a saber: El Plano Consciente, el cual manejamos casi con destreza y donde somos relativamente dueños (música de Top Gun) de nuestras acciones (siempre que estemos despiertos y aceptablemente sobrios) y de nuestras intenciones. Y acerca de aquello perteneciente al otro, a la otredad, solo logramos aprehender sus actos (y de ellos, los que percibimos, y la percepción que terceros realizan y nos cuentan) e intenciones (a través de su discurso), llegando aquí al intrincado ámbito de la semántica y la necesidad de conocer la forma en que el otro utiliza supuestamente nuestro mismo lenguaje y lo deforma de manera tal que de abarcar varios significados, indicando entre ellos el que quiere ser comprendido por cada uno de los receptores de forma selectiva, basándose exclusivamente en sus limitados conocimientos de códigos mutuos. Así mismo, sería interesante ensayar algún tipo de recurso intelectual-discursivo que nos acerque al ignoto plano subconsciente, el cual no manejamos, podemos controlar su poder sobre la toma de decisiones a la hora de acometer acciones, repito, con cierto grado de sobriedad y vigilia, pero maneja sin preguntarnos, tal vez sea mejor así, nuestros sentimientos. La verdad es un cubo de colores, diría Mario Sablic, y a veces ciertas elucubraciones, con el vano fin de entender o conocer la verdad acerca de ciertos asuntos, se asemejan más a 4 personas mirando cada uno a una cara del cubo y discutiendo de qué color es verdaderamente el mismo. Acerquémonos a la verdad aunque sea como un arco iris que se aleja tanto como pasos damos hacia él. No nos va a hacer mal caminar un poco, y menos juntos. Probemos de provisoriamente definir ciertos puntos:

Adhiero absolutamente a tu teoría del shübberdorffen como entidad definitoria de la atracción entre personas, quizás en mayor medida a nuestra edad. Sin embargo me veo en la obligación de especificar algunos puntos que no han quedado lo suficientemente bien tipificados:
Para toda persona medianamente (sanamente?) neurótica que se precie de tal, sobre todo si es hijo mayor y varón (cosa que, o vaya casualidad, compartimos los tres) el miedo al compromiso - al rechazo - a sufrir, hace que nuestro ser sentimental se sienta mas protegido ante cualquier aspecto de la otra persona que aleje la posibilidad de una relación consumada; léase: distancia entre amantes, estado de no-soltería al momento de conocerla o al momento de abrir nuestro ser sentimental, logrando asi el establecimiento de una verdadera relación, valga la redundancia, sentimental (redundancia solo aceptada a fin de no caer en el lugar común de "enamorarse" tan trillado y trasgiversado). Esta protección que permite el EVRS (Establecimiento de una Verdadera Relacion Sentimental), suele ser percibida por nuestro ser en los dos planos de los que venimos hablando. El primer plano analizara los datos que por lenguaje nos llegan y los transmitirá al SS (Ser Sentimental), el segundo plano percibirá el shübberdorffen.
De igual forma, cualquier persona en la condición anteriormente explicada, debe enfrentar otro gran miedo a la hora del EVRS, el comúnmente conocido como “Pánico a ser Sentimentalmente Responsable de un Ser Querido”, que los holandeses conocen como síndrome de Van Quickeenhaar, (obviar toda referencia al sonido del argentinismo "quiqui" o "cagaso"). Como vemos el shübberdorffen también nos protege en los dos planos de esto.
Legado a este punto estamos ya en condiciones de proponer ciertas conclusiones provisorias.
Mi inconsciente, llegando a las tres de la noche del sábado (o sea del domingo) dejó de percibir con tanta fuerza el shübberdorffen de G, lo que inmediatamente disparo un ligero pero perceptible ataque de Van Quickeenhaar, que fue luego menguando gracias al nivel de alcohol en sangre y un refuerzo del shübberdorffen desde el plano consciente, en esas circunstancias notoriamente disminuido.
El quiebre conceptual en mi forma de ver la vida, tan festejado por J, se dio, en el plano consciente, con respecto al concepto que G me significó, dejando todo atisbo de posibilidad de EVRS con el sujeto concreto, en el plano subconsciente.
Es interesante observar ciertas características que hicieron posible el fenómeno acertadamente denominado por vos como Espiral del tipo W, cuando la conocí a W, a mis dos planos no tardaron en presentárseles su shübberdorffen, esto permitió que de mi parte pueda construir una EVRS hipotética día a día sin atisbo de miedo al compromiso o síndrome de Van Quickeenhaar, hasta que de su parte, el EVRS para conmigo, logro pasar del plano inconsciente al consciente, pero debe tener algún otro plano mas donde poder dualizar esas cosas. En el momento en el que ella deja al novio, o un rato antes, su shübberdorffen se desmoronó, provocando en mi segundo plano un fuerte rechazo, no se si por el síndrome holandés, que luego, con tiempo (5 días) fue compensado por un consciente recuerdo y recuperación del EVRS logrado tiempo atrás, lo que hizo que al final duela igualito a antes.
Resumiendo
1ro_Tu visión no estaba alterada, la dualidad existe en planos separados.
2do_No debemos olvidar que a nuestro queridísimo amigo en común también le interesó no solo el concepto sino el sujeto propiamente dicho.
3ro_No me calienta el que trates de protegerme, a pesar de que sea una demostración de cariño algo homosexual pero a la que estoy acostumbrado y contento de estarlo.

Sin más ganas de escribir por el resto del día me despido afectuosamente
Adrian.

PD1: Se devuelve el abrazo
PD2: Se agradece la tocada de c.
PD3: Sentite bien, solo los buenos mail provocan buenas respuestas, y no viceversa.
PD4: Seguí leyendo Cortazar que vas bien.

1 comentario:

  1. Hay que poner una máquina de shubbendorffen al lado de cada puesto oloroso de garrapiñadas. Pero sólo se podrá reponer el tanque, ¨ergo¨ -como dice usté- si no tenés shubbendorffen deberían gustarte las garrapiñadas, je.

    ResponderEliminar