Nunca en todo lo que va del viaje me costó tanto llegar a un
lugar, nunca tampoco tuve tan poca información sobre el camino, nunca tuve
tanta convicción de que ese lugar no me lo tenía que perder, desde que Ana y
Daniel en su blog mencionaron la impresión que les causo sentí lástima por
perdérmelo ya que todavía pensaba que el Plan A era factible, y luego, al
empezar a pensar el Plan B empecé a investigar. Conseguí en internet el libro
“Las mil y una historias de Radio Venceremos” y empecé a meterme en esos años
que eran años de mi vida también, ya no eran los lejanos 1820 o 1976, ya
hablábamos de '81 '84 '92 y yo recordaba quien había
nacido en esos años, en que grado estaba, ya era una historia literalmente contemporánea.
Bus con peli y aire, luego Chicken bus y más tarde picop, que es una
camioneta con toldito y asientos, la que nos deja en un paisaje Londinense con
las últimas luces del atardecer y una neblina de montaña cual gigante nebulizador, imposible ver mas de 10 metros, a medida que caminábamos el pequeño
pueblo, su plaza, su iglesia, sus murales, se nos aparecían de esa nebulosa de cuento. La dueña de la
Pupusería frente a la plaza nos indica cómo llegar a lo de la Abuela la que nos
ofrece una casita en las afueras (6 cuadras) a la que vamos con Adolfo, salimos
de la ruta ya con algo mas de visibilidad, subimos dos cuadras con 45 grados de pendiente y
pasamos frente al misterioso hombre de la capucha.
La casa tenia goteras en sus dos habitaciones que, luego del día entero de lluvias fuertes, rezagos de un huracán, habían inutilizado
las dos camas grandes, todo lo sospechábamos hermoso en la penumbra, desandamos nuevamente esa terrible subida para llegar a la Pupusería antes de que cierre y
pedir 4 pupusas que fueron 6 y cafés.
Cuando pensábamos que el horno ya estaba apagado y que la
dueña pacientemente esperaba que nos fuéramos para irse a dormir aparece Iván
con su porra de pelo, sus 14 años y su remera de Hermética. La hija de la dueña, peluquera, lo empieza a
provocar por su corte de pelo, ya me lo corté!, Grita él con un intento de voz
metalera preadolescente, cuando termine la escuela y me vaya a la universidad
voy a dejármelo hasta la cintura porque voy a estudiar para eso, para ser un espíritu
libre!, y por qué en la universidad?, preguntaba la peluquera, mientras reclamaba
falta de estricto control de parte de sus padres, mi papá está en Estados
Unidos y mi mamá es médica, la dueña con la
mitad de su cara hacía gestos como diciendo, seguro que no le presta
atención a sus hijos, la peluquera confirmaba comparando la crianza con sus
hijos que presentes en la Pupusería y comiendo sus tamales lucían rapados
cráneos en estricto orden.
Voy a ser un espíritu libre para solo obedecer a los Dioses
del Metal, para eso tienes que estudiar porque si te va mal en el colegio no
vas a poder ir a la Universidad, voy a ser músico de Metal, y cuanto ganan los
músicos de metal en El Salvador, pero Metallica, Hermética, Ac-Dc, pero vos
vivís en El Salvador y aquí los músicos de Metal no viven de la música o vos
conocés alguno que si? Y las de queso estaban casi igual de exquisitas que las
de frijol con queso, y el café aunque raro era de los mejores que habíamos
probado en nuestros viajes, despidiéndonos hasta el almuerzo nos fuimos ruta
abajo esperando no encontrarnos con el encapuchado misterioso que era lo único
inquietante en esa tranquila noche de neblina en Perquín.
te estas poniendo cortazariano
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